Ha sido seleccionado por prestigiosas revistas internacionales especializadas, como uno de los cementerios de arquitectura más interesante del mundo, entre otros aspectos por su conjunción de estilos decorativos, que van desde el gótico, el colonial hasta el art deco y muchas de sus bóvedas han sido declaradas Monumento Histórico Nacional.
Se encuentra en lo que antiguamente fue la huerta de la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, en la actualidad también monumento histórico, que fue construida por los frailes de la Orden de los Recoletos en 1732. La gente fue simplificando el nombre y a la Iglesia de los Recoletos le decían “La Recoleta”, nombre que se extendió a toda la zona. Cuando la orden fue disuelta en 1822, el 17 de noviembre de ese mismo año, la huerta del convento fue convertida en el primer cementerio público de la Ciudad de Buenos Aires. La Iglesia, reconocida fácilmente por su color blanco, es actualmente la más antigua de Buenos Aires y aún conserva su estilo original barroco.
A partir de fines del siglo XIX, las familias mejor posicionadas de Buenos Aires comenzaron a mudarse hacia esta zona norte de la ciudad como consecuencia de la epidemia de fiebre amarilla que azotó a otros sectores. El barrio comenzó a conformarse como una zona de 'clase alta', y el Cementerio de La Recoleta se convirtió en el sitio de entierro por excelencia de esa clase social y cuyas familias se disputaban por construir y ostentar los mejores mausoleos.
Aunque tradicionalmente un cementerio es sinónimo de recogimiento, el de La Recoleta se ha convertido en un sitio de interés turístico de fama mundial, debido a su historia, arquitectura, sus grandes dimensiones (casi 4.000 bóvedas en más de 5 hectáreas de terreno) y sus mausoleos de personalidades de la historia argentina, entre los que se destacan el de Eva Duarte de Perón, Evita, uno de los más visitados, de escritores como Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares, médicos, artistas, premios nobeles -Carlos Saavedra Lamas y Luis Federico Leloir- y deportistas, entre otros.Otra de sus características es que al interior del Cementerio está organizado igual que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con un trazado rectangular de manzanas y calles, lo que facilita su recorrido.
Con más de 198 años de existencia, muchas son las historias y curiosidades que conocerás en el Cementerio de La Recoleta, como la de una joven novia quien falleció durante su luna de miel y a quien sus padres le construyeron una bóveda donde reprodujeron su dormitorio y colocaron su escultura en la entrada, luciendo su vestido de novia con el que fue sepultada. O la del cuidador del cementerio, quien ahorró toda su vida para poder construir en él su propio mausoleo; y seguro algún guía te hablará de la Dama de Blanco, una quinceañera cuya bóveda está casi en la entrada. Cuenta la historia que por los años 20’ un joven adinerado encontró a una linda chica toda vestida de blanco llorando en los alrededores del Cementerio, la invitó a tomar un café en donde hoy en día funciona el Café La Biela. La muchacha derramó el café en el abrigo de su acompañante y luego salió corriendo gritando que ya era muy tarde, entrando al Cementerio. Ante la insistencia del muchacho que tocaba el portón del camposanto, uno de los vigilantes lo dejó entrar y para su terrible sorpresa, vio la bóveda con el nombre de la chica con la que había estado y...un abrigo manchado de café sobre la cripta!
Serán muchas las historias que conocerás en su recorrido y su variedad arquitectónica seguro te va a gustar.
Pero cuando visités La Recoleta, no podés dejar de disfrutar también sus alrededores y nada mejor que pasar un rato agradable en la Plaza Francia, ubicada justo frente al cementerio, toda cubierta de un muy cuidado césped que se ha convertido en el sitio ideal para descansar, caminar, jugar con los niños y curiosear en el mercado de artesanías que abre todos los fines de semana.
Una rica pizza, cocina internacional y argentina, desde la típica hasta nuevas tendencias en gastronomía, sándwiches y paninis de los más variados, un buen café o una cerveza en alguna terraza o boulevard en los alrededores de la Plaza Francia y el Cementerio de La Recoleta, van a completar tu paseo en este hermoso y exclusivo Barrio.. Sin duda, uno de esos paseos que forman parte de los diez imperdibles de Buenos Aires.