Su característica principal es la fuerte política eco-friendly, siendo uno de los paquetes a Brasil más elegidos por los turistas con una marcada conciencia ambiental que desean pasar unas vacaciones disfrutando de la naturaleza, protegiéndola.
Su mayor actividad económica es el turismo, razón por la que el pueblo se ha urbanizado mucho en las últimas décadas, aunque sigue siendo realmente tranquilo y de acotado tamaño en comparación con otros municipios de Salvador de Bahía. El crecimiento vino acompañado de la construcción de la Linha Verde, inmensa ruta brasilera, que unificó al municipio con el resto del país. Antes era una aislada aldea que vivía de la pesca.
Imbassaì, cuyo nombre significa “El camino del agua”, tiene la particularidad de contar con un breve rio no contaminado que atraviesa el pueblo y que desemboca en el mar. Este se esconde entre claras dunas, pero se consolida como el único medio para llegar a la playa. Para arribar a esta se lo tiene que cruzar, nadando, caminando o en unas balsas que se alquilan. Por este motivo, los vehículos prácticamente escasean en el pueblo, dado que todos se trasladan a pie o en bicicleta; el automóvil no tiene función.
Su población, que ronda los 1000 habitantes, se dedica en su mayoría a los servicios turísticos. Cuenta con 26 posadas, algunos restaurantes en los que se aprecia desde comida local hasta platos internacionales, varias tiendas, 2 supermercados pequeños y demás.